Una gran parte de las 820 Has que componen la finca son de monte mediterráneo, destacando especies autóctonas como la encina, el acebuche, el enebro, la carrasca y algunas matas de jarilla presentando un habitat porotegido, un santuario del la fauna local que rodean las parcelas de cultivos.

Los cultivos leñosos de la finca lo componen las plantaciones de olivos con sus tres variedades Arbequina, Cornicabra y Hojiblanca y los pistachos de la veriedad Kerman y Sirora, las pocas Hectáreas de barbecho, hoy existentes, están destinadas a ser repobladas con nuevas plantaciones de pistacho, a muy corto plazo.

Desde hace más de ocho años se inició la reconversión de todos los cultivos a Agricultura Ecológica, con el consiguiente cuidado medioambiental que esta práctica conlleva.

Respecto a la fauna, la finca es un oasis de monte, rodeado de campos de cultivo, pertenecientes a cotos de caza sobreexplotados cinegéticamente; este hecho la ha convertido en una santuario en el que conviven el conejo de monte, la liebre, la perdiz roja autóctona, el zorro, las águilas, los búhos reales, las urracasy los rabilargos; la paloma torcaz, la de paso, junto a otras especies salvajes, pasan por la finca esporádicamente en sus movimientos migratorios.

La gestión de esta riqueza natural se hace con exquisito cuidado, planificación y control.